Ante las elecciones generales del próximo 23 de julio, desde la Plataforma por la Justicia Fiscal queremos reivindicar estos tres principios.
Para la Plataforma por la Justicia Fiscal, la política económica tiene que estar orientada a la sostenibilidad de nuestro estado del bienestar, la defensa de los derechos de las personas y la mejora de la calidad de vida de toda la ciudadanía. Ponemos especial énfasis en reducir todo tipo de desigualdad, exclusión social y discriminación.
Conscientes de que, sin justicia fiscal, no habrá justicia social, estimamos necesario garantizar un nivel suficiente de ingresos públicos, que financien debidamente las políticas del estado de bienestar (sanidad, educación, pensiones, servicios sociales), asegurando la progresividad de las aportaciones, es decir, que aporten proporcionalmente más quienes más pueden permitírselo por su renta o riqueza, a la vez que la armonización fiscal en el conjunto de territorios.
Por eso, ante las elecciones generales del próximo 23 de julio, desde la Plataforma por la Justicia Fiscal, reivindicamos tres principios que entendemos son asumibles y exigibles por la sociedad española y solicitamos su inclusión en los programas de los partidos políticos que concurren a estos comicios.
Lucha eficaz contra el fraude
El fraude fiscal supone una pérdida de aportaciones al bien común. Por ello, hay que cumplir la ley contra el fraude: realizando estudios específicos sobre dónde, por qué y cómo hay bolsas de fraude; aumentando la plantilla y los medios de la administración tributaria, en especial, los dedicados a la inspección; y revisando las normas vigentes para reducir y acabar suprimiendo la elusión y el fraude fiscal.
Más progresividad tributaria
Urge transformar el origen de los recursos fiscales, aumentando la carga recaudatoria sobre la riqueza y las rentas de las grandes empresas, frente a las provenientes del trabajo. Para esto, hay diferentes fórmulas: la unificación de tarifas en el IRPF de trabajo y capital, la armonización de los impuestos sobre patrimonio y sucesiones a partir de un determinado volumen, la fijación de un tipo efectivo mínimo del impuesto de sociedades, y el mantenimiento del impuesto sobre las grandes fortunas y del impuesto a los beneficios extraordinarios de las empresas.
Suficiencia del sistema tributario
Nuestro sistema fiscal debe permitir alcanzar objetivos concretos de lucha contra la pobreza, igualdad de oportunidades, un estado de bienestar de calidad y universal (incluyendo el Pilar Europeo de Derechos Sociales (PEDS)) y una contribución a la cooperación internacional del 0,7 % del producto nacional bruto para lograr un mundo más justo y sostenible.
Por último, es imprescindible que al impuesto a las transacciones financieras, conocido popularmente como tasa Tobin, se le dé una mayor cobertura en Europa y en España, ya que es en la especulación financiera donde se concentra el mayor volumen de negocio y fraude a nivel mundial.