Artículo de nuestro compañero Juan Gimeno, de Economistas Sin Fronteras, en Contexto.
«El peso recaudatorio de los impuestos recae de forma creciente, ya casi exclusivamente, sobre el trabajo asalariado, el ahorro modesto y determinados consumos de proximidad. Quedan fuera del pago de impuestos, precisamente, los capitales, los ingresos y los consumos más ligados a niveles altos de renta y riqueza, frente a la presión soportada por las clases medias y bajas.
No es de extrañar que la mayoría de la población, la que sustenta la recaudación, no entienda aquello de que la presión tributaria es baja. Porque, objetivamente, para las rentas del trabajo y el consumo cotidiano, no lo es. El problema está en las enormes inequidades del sistema y los elevados y desiguales niveles de fraude y evasión».
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